Revisar el concepto de creatividad
- Marcelo Bertuccio
- 29 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Suele considerarse que la creatividad es un concepto abstracto, inexplicable y autónomo. Esta idea es el resultado de tantas falsas verdades inventadas por el ser humano frente a la imposibilidad de aceptar su ignorancia acerca de casi todo, sumado a la tendencia sentimental y emocionalmente desmesurada de darle un carácter mágico a lo que no se comprende. Desde el punto de vista del sistema capitalista en el que estamos encerrados, esta distorsión sirve a los intereses de quienes pretenden sostener un mundo en el cual existan los iluminados, los mejores, los tocados por el “don”, y los pobres infelices que nunca sabrán siquiera cómo emprender el camino que los lleve a conocer los secretos que sólo son revelados a cierto número de alegres y astutos cretinos.
En realidad, la creatividad es un atributo de la condición humana que puede desarrollar cualquiera que tenga iniciativa con esfuerzo y trabajo. La dificultad que le es inherente es que requiere hacerla consciente (para decirlo de algún modo) y entrenarla. Una de sus claves, y la razón primordial de que sea considerada inalcanzable, es que no se trata de un fenómeno cognitivo, racional, sino de una exploración confiada en nuestros saberes intuitivos, la cual nos permite alcanzar certezas profundas, originales y siempre constructivas, siempre hacia adelante, siempre afirmativamente, generando no sólo la posibilidad de la expresión artística sino la capacidad de resolver conflictos de modo auténticamente genuino, coherente con las necesidades de nuestro verdadero ser, libre de las expectativas ajenas, de los cánones impuestos y de las falsas creencias que enmascararon durante años nuestros deseos más propios.
Un ejemplo culinario (siempre es útil la gastronomía para comprender cuestiones complejas): Puesto a hacer una tortilla y avanzado en el proceso, descubro que no tengo huevos (y no soy vegano). La mente racional buscará una solución al problema indicándome que vaya comprar huevos, en un procedimiento operativo; la creativa se dispondrá a descubrir el recurso detrás del obstáculo y rápidamente combinará los ingredientes con los que cuenta para hacer una tortilla inesperada, propia y original (que hasta puede dejar de ser una tortilla).
Creatividad, en síntesis, puede definirse como la habilidad (aprendida, entrenada, perfeccionada, siempre en proceso) de descubrir qué sabemos hacer con lo que contamos en el inevitable aquí-ahora.
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