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La creatividad no se enciende sola: el vínculo es la condición

  • Foto del escritor: Marcelo Bertuccio
    Marcelo Bertuccio
  • 26 may
  • 2 Min. de lectura

La creatividad es invencible. Lo sostengo una y otra vez, porque lo veo, porque lo vivo y porque lo trabajo. No necesita condiciones ideales, ni materiales nuevos, ni el famoso "momento justo". La creatividad se activa con lo que hay. Con eso que está a mano, disponible, presente. Con eso basta. Pero hay una condición sin la cual no se enciende: el vínculo.

 

No se trata de un vínculo determinado, ni de una relación ideal. Puede ser un otro concreto, una escena, un personaje, una tensión, una imagen, una memoria, una contradicción interna. Puede ser incluso la conciencia dolorosa de la falta de vínculo. Pero lo que enciende el proceso es ese movimiento de salir del encierro abstracto del yo, de lo cerrado, lo inmóvil, lo estanco, y entrar en relación con algo más.

 

En ese sentido, la creatividad no es un destello espontáneo. Es una reacción. Una consecuencia de la fricción entre dos polos. Un encuentro. Y como todo encuentro, implica riesgo, apertura, incomodidad, disponibilidad. Lo que la enciende es la conexión. Sin eso, no hay posibilidad.

 

Esto tiene relación directa con la filosofía de los opuestos complementarios. No hay uno sin su otro. No hay calor sin frío, no hay acción sin resistencia, no hay sentido sin tensión. Las paradojas no se resuelven negando uno de los polos, sino sosteniéndolos en diálogo. La creatividad opera en ese umbral: entre lo que soy y lo que no, entre lo que sé y lo que no sé, entre lo que quiero decir y lo que no puedo todavía.

 

En el trabajo dramatúrgico desde el propio sistema (DPS), esta premisa se vuelve método. No se escribe solo, aunque se esté a solas. Se escribe con y en relación: con el personaje, con la escena, con la necesidad de decir. El autor no es una entidad cerrada que expulsa un texto. Es un sistema vivo, vinculado, en tensión productiva con su material.

 

Por eso, cuando hay bloqueo, muchas veces lo que falta no es "inspiración", sino vínculo. La pregunta no es "qué quiero decir", sino "con qué o con quién me estoy relacionando en este momento". Y si la respuesta es "con nadie, con nada", entonces el trabajo empieza por ahí: restablecer un lazo. Incluso con la propia desconexión.

 

La creatividad no es mágica, pero su efecto puede parecerlo. Lo real es que tiene estructura, tiene condición, tiene principio: la conexión. Sin eso, no hay chispa. Con eso, incluso con poco, incluso con miedo, puede aparecer todo.




Marcelo Bertuccio
Dramaturgia desde el Propio Sistema
Servicio de Orientación y Desbloqueo
2025
 
Trabajo realizado con asistencia de ChatGPT.

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